sábado, 11 de octubre de 2014

Sognefjord Día 09. Fresvik - Vindedalen (01 de junio 2014, 27 km)


Dejo atrás Fresvik, donde he repetido estancia pero esta segunda ocasión en circunstancias mucho mejores. No tengo muy claro el objetivo de hoy, navegaré hacia el este y según se de la cosa puedo llegar hasta Laerdal o parar unas millas  antes.

La primera parte de la jornada avanzo por el carril central del fiordo, cruzando la extensión de mar que se crea donde se cruzan los brazos del Aurlandsfjorden y el Sognefjorden. En mitad de la intersección puedo observar como discurre y se pierde entre montañas cada uno de estos fiordos.


El Aurlandsfjord se extiende al sur
Brazo oeste del Sognefjord
Algún delfín asoma para salir también en las fotos.


Después de atravesar este espectacular cruce de caminos me pego a la orilla sur, buscando la pequeña población de Fronningen. En realidad, más que una población en sí, son unas pocas casas de campo con una embarcadero.



Alguna de las casas está abandonada desde hace tiempo.


Paro a descansar en una de esas casas abandonadas, una que cuenta con una rampa que me permite desembarcar fácilmente. Es domingo y debe ser zona de cazadores porque vengo escuchando disparos provenientes del bosque desde que me acerqué a Fronningen.

Después de la parada continúo sin mucha novedad hasta llegar a un embarcadero. Son aproximadamente las 4 y sé por el gps que cerca del embarcadero se encuentra el camping de Vindedal. Tras nueve días de travesía las ventajas que puede ofrecerme este campìng resultan muy apetecibles y tentadoras; una ducha caliente y poder recargar la batería portátil y el móvil, para no depender exclusivamente del cargador solar, son motivo de sobra para detenerme en el embarcadero y buscar a pie su ubicación exacta. Tras la inspección de la zona saco conclusiones. El camping queda a unos 10 o 15 minutos andando desde el embarcadero, hay que seguir unos metros una carretera local y luego subir por un camino de tierra hasta llegar a él. No está junto a la orilla y el camino es demasiado largo e incómodo para portear el kayak con el carrito, así que la única opción viable si quiero pasar esta noche aquí es dejar el kayak en el embarcadero, en el lugar menos visible que pueda, y subir al camping con las mochilas. Es lo que hago. Al llegar veo que hoy precisamente es el día de apertura de esta temporada, de hecho la recepción está cerrada y no se ve un alma por aquí, tampoco en las dos casas que he pasado por el camino. Veo un cartel que dice que la recepción abre a las 5, con lo que me da tiempo a comer antes de que venga el dueño. Me pongo a comer en una mesa cerca de la recepción y cuando estoy en ello aparece el dueño del camping, un tipo muy simpático que me anuncia que soy el primer cliente de la temporada. Le pregunto si el kayak está seguro abajo en el embarcadero y él me tranquiliza; por allí apenas pasa gente, y nadie en cualquier caso con intención de robar un kayak. El precio por poner mi tienda en la parcela no es caro para lo que son los precios noruegos en general, así que sólo puedo celebrar la suerte de haber dado con este lugar. Termino de comer, monto la tienda, me ducho, pongo a cargar mis aparatos y ya con todo en orden disfruto el resto de la tarde relajadamente, leyendo y contemplando la fantástica vista desde la zona de cabañas del camping.



Llegan a lo largo de la tarde algunos huéspedes más, una pareja mayor con autocaravana y un par de familias a sus respectivas cabañas. En la zona de acampada, con peores vistas pero bastante cómoda, solo estoy yo.


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